Por Lola García Casanova
Con 6 años, Mª José Mingarro, presidenta del Grupo Folclórico de Sallent,  les pidió a sus padres que la apuntaran para aprender a bailar la jota. Puede parecer precoz, pero no lo es tanto en el ambiente que se vive en Sallet con la jota. La jota se transmite en las familias. Una actividad querida y que practican casi el 7% de toda la población. Todo un fenómeno. Al Grupo Folclórico de Sallent también acuden aficionados de Panticosa, Escarrilla y Sandiniés.

No estamos muy acostumbrados a ver presidentas de asociaciones tan jóvenes…

¿No? Pues ya llevo un montón de años y bailando la jota desde los seis. Mis padres y hermanas también.  De hecho, mis padres forman parte del grupo inicial de fundadores. Aunque el grupo de jotas se remonta a la Sección Femenina y al desaparecer esta, nace la actual agrupación. La jota nos gusta a toda la familia, lo habitual en Sallent porque el grupo folclórico es muy familiar, lo forman padres, hijos, tíos, sobrinos… aunque también hay quien viene en `solitario´. La jota es una pasión compartida en Sallet.

Ronda, baile, canto ¿no les falta de nada?

Como presidenta me gustaría que hubiera más chicos bailando. En la rondalla sí tocan, pero al baile no se animan… será por el fútbol, no sé…

También  conservan vivas las jotas propias de la localidad.

Mantenemos nuestras raíces con las jotas lentas de montaña. Seguimos bailando el bolero de Sallent del s. XIX, la jora de Sallent de principios del siglo XX, el paloteado de Lanuza o los villancios de Sallent. Que yo recuerde mi abuela los cantaba, mi madre también…

Trabaja como monitora de esquí, a nivel físico ¿qué es más duro?

¡No conozco mejor ejercicio que bailar al jota! Además, a mí me gustan las jotas rápidas por tanto se necesita un buen fondo físico.

El año pasado organizaron el primer certamen de jotas Villa de Sallent.

Llevábamos como unos siete años queriendo organizarlo, pero no llegaban las subvenciones y, finalmente, la tuvimos.  Estamos muy contentos de cómo transcurrió la cita. Importante no sólo para la jota sino también para la localidad ya que se organizó en temporada baja turística y, al menos, durante esos días acudieron a Sallent unas 300 personas. Así que seguiremos intentando organizarlo.

¿Por qué este interés?

Por una parte por la jota y también por lo que supone para la localidad. Queríamos organizar un certamen en gran parte animados por la pasión que nos inculcan nuestros profesores: Javier Badules en canto y rondalla y Jairo Pérez en baile.

¿Concursa usted?

Yo acudo a certámenes pero acompañando a mi hermana Lorena y a Carlota Santos que cantan. A ellas les va bastante bien y participan sobre todo para hacer escenarios, para coger tablas.

¿Qué le aporta la jota?

Una sensación de pasión, de gratitud. Todo es bonito.

Y actúan mucho en Francia.

A los franceses les encanta la jota y el recibimiento siempre resulta muy bueno, nos tratan fenomenal. Siempre que vamos salimos en la tele y en los periódicos.

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