Por Lola Gª Casanova
La alcaldesa de Peralta de Alcofea, Obdulia Gracia (PP), deja la política. Después de tres mandatos dice adiós «porque quiero, nadie me echa». Afirma sentirse «orgullosísima» de haber sido alcaldesa de su pueblo y a renglón seguido añade «no debemos eternizarnos en los cargos». Deja el Ayuntamiento sin deuda, con bajada de la contribución y un ligero repunte poblacional en los últimos meses
Obdulia Gracia sonríe-como siempre- y se afama con el papeleo requerido para cambiar los equipos informáticos del Ayuntamiento “ha salido una subvención y al que siga se lo voy a dejar todo nuevo”. Gracia, alcaldesa de Peralta de Alcofea durante los últimos 12 años no se presenta a la reelección. “Cuando en 2015 salí de nuevo tomé la decisión que este sería mi último mandato. Hay que dejar paso, no nos podemos eternizar en el cargo”. Además, añade “creo que hay que dejar las cosas cuando uno se siente querido, como es mi caso. Me voy porque quiero, nadie me echa y en el partido el respeto a mi decisión ha sido absoluto”.
Entró en el Ayuntamiento como concejal en 1995 de la mano del anterior alcalde, el carismático doctor Andrés, y al principio le dio calabazas. “Me vino a buscar a casa y me costó decidirme, pero si uno ama a su pueblo, trabajar por él es lo más. Además, en aquella época mi situación laboral me permitía dedicarme al Ayuntamiento”. Tras 12 años entre concejal y teniente de alcalde y 12 más como alcaldesa deja atrás una etapa que la llena de satisfacción.”Estoy orgullosísima de haber sido la alcaldesa de mi pueblo. De hecho, cuando asisto a algún acto como diputada provincial siempre explico que soy la alcaldesa de Peralta de Alcofea”.
En 1995 no había muchas mujeres en política “hemos avanzado mucho, pero aún deberíamos ser más mujeres en cargos públicos. Yo en ningún momento he sentido discriminación: ni entre los miembros de la corporación, ni en las instituciones a las que he acudido. Personalmente, ha sido una experiencia de aprendizaje extraordinaria”.
Le pregunto varias veces por lo peor y me mira perpleja para asegurarme “nada”. “Miro atrás y todo lo veo con agradecimiento y satisfacción. Por supuesto ha habido vecinos que se han enfadado conmigo por no plegarme a sus deseos particulares. Pero para dedicarse a lo público, el bien común y la ley deben estar por encima de todo. Por principios nunca he realizado distinciones entre personas y me voy con la conciencia tranquila”.
En estos 24 años de vida pública ha contado con el apoyo de su familia y ha disfrutado de la cercanía de la gente y de poder solucionar sus problemas. “Si uno decide meterse en política- y al igual que en muchos otros ámbitos- debe preguntarse si, de verdad, le gusta la gente, las personas, con independencia de sus ideas. Y, por supuesto, trabajar para mejorar sus vidas. Para eso estamos aquí, para administrar el dinero público en pos del interés general”.
Gracia se despide del Ayuntamiento con la deuda cancelada, bajada de la contribución (rústica y urbana) e incremento de la población en los últimos meses. No obstante, lo que más valora por encima de las obras, del dinero o de las inversiones es “el buen rollo”, la armonía y la buena convivencia entre los vecinos.