COLABORACIÓN || Sandra Araguás
El talento es la “capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad”. Desde luego en el mundo de los cuentos hace falta mucho talento para saber poner en pie una historia que nos lleve de la mano, que nos haga salir del mundo que nos rodea, que nos haga latir el corazón al mismo tiempo que el del protagonista al que estamos siguiendo. El narrador tiene que tener la capacidad de poder desempeñar con mucho arte su trabajo, pues en sus manos y gestos, pero, sobre todo, en su voz reposa nuestra confianza ciega para lanzarnos a vivir nuevos mundos.
Talento es la capacidad que necesitamos para seleccionar una buena historia; talento también para vestirla con nuestras palabras; talento para entender el espacio dónde estamos; talento para observar al público y comprender con un vistazo qué es lo que necesita; talento para medir la voz, la velocidad, el calor que se necesita en cada momento de la historia; talento con el que nacemos como narradores pero que se va fortaleciendo con todas aquellas sesiones que salen bien, y por supuesto, con las que no lo hacen, porque ese talento es el que más nos enseña.
El talento puede que sea innato, pero el seguir aprendiendo cada día es fundamental. Por eso creo que siempre debería acompañarle la curiosidad y, por supuesto, la humildad.