COLABORACIÓN || Silvia Laplana
Después de meses lluviosos y frescos, empieza la época del año que más nos gusta a los amantes del cielo. Si algo caracteriza a estas fechas y los meses venideros son las tormentas. El aumento de la temperatura junto con la inestabilidad y otros factores hacen que las nubes de evolución empiecen a crecer. Esas nubes que aparecen como grandes torres de unos 10-12 km de altura son capaces de generar lluvia, rayos, granizo y fuertes rachas de viento. De hecho, si no fuera porque tenemos una inversión térmica a esa altitud aún crecerían más.
Dentro de los cumulunimbus se producen unas corrientes de aire ascendentes y descendentes muy fuertes que hacen que los cristales de hielo que se encuentran en su interior choquen, de esta manera se generan cargas eléctricas que se reparten por la nube y esto crea una gran diferencia de potencial eléctrico. Cuando esa diferencia de carga es grande se producen los rayos. Los más potentes y peligrosos son los rayos positivos que salen de la parte superior del cumulunimbus y llegan a distancias muy alejadas de la tormenta.
Aragón tiene una meteorología fascinante y ¿sabéis qué? Teruel es la provincia española en la que más descargas eléctricas se producen. Y ¿en el mundo? El lago Maracaibo, en Venezuela, ostenta el récord mundial de la mayor concentración de rayos del planeta, hay 260 días al año con tormentas y al fenómeno se le conoce como el Relámpago del Catatumbo.
Un rayo puede alcanzar los 30.000 ºC, es decir, es cinco veces más caliente que la superficie del Sol. Esa temperatura tan elevada hace que el aire se expanda, generando una onda de choque y por ello escuchamos el trueno.
Las tormentas no son algo exclusivo de la Tierra, de hecho si nos alejamos 590 millones de kilómetros nos encontramos con una gran tormenta. La Gran Mancha Roja de Júpiter es una tormenta inmensa que lleva activa más de 300 años y tiene un diámetro de 14.000 km.
Volviendo a la Tierra… además de mirar las nubes a simple vista, podemos verlas a través de los cuadros. Ya que hablamos de tormentas, un cuadro que refleja muy bien un cumulunimbus es “La cometa” de Francisco de Goya. Esta es una de las muchas obras del fuendetodino que se encuentran en el museo del Prado y en ella podemos ver una escena lúdica campestre en la que varios majos disfrutan haciendo volar una cometa y como telón de fondo se encuentra un cumulunimbus. A pesar de la distancia a la que está la nube, se aprecian muchos detalles, como el yunque que es lo que vemos pintado en su parte superior. Esto ocurre cuando la nube no puede crecer más porque se encuentra con la tropopausa, con la inversión térmica que os contaba al principio, y se empieza a desplazar en horizontal.
A las tormentas hay que admirarlas pero también tenerles respeto, algo que sabemos bien aquí en Monzón donde hace casi 20 años cayó granizo como puños, lluvia torrencial y el Sosa creció como solo los más mayores recordaban.