Miguel Ortega y David Cubelos son dos jóvenes emprendedores veinteañeros de Torres del Obispo, una pequeña población ribagorzana perteneciente al municipio de Graus, que han decidido enfrentarse a estos tiempos de crisis con un proyecto empresarial cargado de ilusión y que responde a las actuales demandas de servicios de la población ante los nuevos escenarios que está planteando la pandemia del coronavirus.
Viendo la oportunidad de labrarse un futuro profesional, no lo han dudado y estos días acaban de presentar su empresa “Desinfecciones Torres”, dedicada a la desinfección de locales comerciales y recintos públicos y privados y cuyo nombre es toda una declaración de intenciones. Ambos se muestran concluyentes al subrayar que el «sueño y objetivo» que persiguen con esta iniciativa «es ayudar a nuestros convecinos de Ribagorza y de las zonas próximas y ofrecerles una tranquilidad diaria en sus respectivos trabajos, lugares de ocio y residencia para que no tengan ningún tipo de riesgo de contagio y, en el caso específico de los establecimientos comerciales, para que sus clientes se sientan cómodos y seguros».
Este proyecto empresarial supone también para los dos la oportunidad «y el privilegio» de desarrollarse laboralmente en su entorno más cercano ya que se confiesan «grandes apasionados» de su pueblo -«en cuyas calles hemos crecido», recalcan- y una manera de aportar «un granito de arena» a la lucha contra la despoblación del medio rural.
Centrándose en su empresa, Miguel y David señalan que lo que hacen es «convertir todo tipo de locales en espacios totalmente higiénicos y profilácticos» utilizando cuatro técnicas diferenciadas –las de pulverización, nebulización, ozono y limpieza manual- dependiendo de los entornos, de sus necesidades y de las afluencias de gentes o de mercancías. «En función de estos parámetros, los ambientes necesitan una mayor o menor periodicidad en la desinfección; por ejemplo, un bufete de abogados debería desinfectarse una o dos veces por semana, un supermercado con afluencia cuatro o cinco, lo mismo que una escuela, mientras que un gimnasio necesitará de dos o tres desinfecciones en este período, realizadas normalmente, como en el resto de los ejemplos, por nebulización», señalan estos jóvenes empresarios que muestran una disponibilidad y flexibilidad «total» para los clientes que demandan sus servicios.
