El CER sigue los pasos de San Ramón

0
402

En una actividad sobre la que gravitó el emocionado recuerdo de Alberto Rubio, el miembro del Club trágicamente fallecido hace unos días mientras se encontraba realizando un trekking por el Himalaya, el Centro Excursionista Ribagorza, CER, prosiguió este domingo su serie de excursiones anuales siguiendo la ruta del destierro del obispo San Ramón de Roda y Barbastro.
Una propuesta senderista que el CER realiza conjuntamente con los barbastrenses Montañeros de Aragón y que, tras cubrir hace ya varios años el camino del destierro entre Barbastro y Roda de Isábena, prosigue en las última ediciones las etapas entre Roda y el obispado hermano de San Bertrand de Cominges, al otro lado de los Pirineos.
En la etapa de este domingo, los cuarenta participantes recorrieron el camino entre Forcat y el Hospital de Vielha en una jornada marcada por el frío y la lluvia y en la que los excursionistas encontraron algo de nieve durante el trayecto de 18,5 kilómetros por la margen izquierda del Noguera Ribagorzana.
Ramón de Roda, de Ribagorza, de Barbastro o Ramón del Monte (Durban, Gers, Francia, 1067 – Huesca, 1126) fue obispo de Roda-Barbastro. Es venerado como santo por la Iglesia católica. Nacido en Durban, en la vertiente norte de los Pirineos, en el seno de una familia noble, se llamaba Raimon Guillem. Se le proporcionaron unos buenos estudios y empezó la carrera militar, pero la abandonó para dedicarse al estudio y la religión.
Fue canónigo regular en Pamiers. Alfonso I de Aragón le concede el obispado de Barbastro-Roda en 1104, con sede en la catedral de Roda, para así resolver la disputa que mantenían los obispos San Odo de Urgel y Esteban de Huesca (ambos argumentaban que la recién conquistada ciudad de Barbastro tendría que formar parte de sus respectivas diócesis, no de la de Roda).
Ya en la sede de Roda, tuvo conflictos con los obispos de Huesca, de Urgel y con el rey Alfonso, principalmente por cuestión de límites. Recibió apoyo de los papas Pascual II y Calixto II. El año 1100, Pascual II, según testimonio del obispo Poncio de Roda, había delimitado la diócesis, declarándola inmune e inviolable. Pero el rey Alfonso I y el obispo de Huesca no la respetaron. En una carta de san Olegario al papa Inocencio II, el prelado barcelonés dice que el rey Alfonso guardaba rencor a Ramón de Roda «porque el obispo no quería participar en las guerras contra los cristianos».
En 1116, el obispo Esteban de Huesca, con el apoyo de nobles de Barbastro y del mismo rey Alfonso I, consiguió que Ramón fuese desterrado de Roda, acusándolo de oponerse a combatir con las armas a los musulmanes y otros herejes. Barbastro pasó a la diócesis de Huesca y, cuando Ramón vuelve en 1119, se instala en Roda (Barbastro no vuelve a la diócesis de Roda hasta 1133 y el 1145 pasa de nuevo a la de Huesca).
Durante su obispado se iniciaron las obras de reconstrucción del edificio de la actual catedral románica de Roda y se consagraron numerosas iglesias de la diócesis, como las de Taüll o Alaón, o los altares de Alquézar y Roda, que introdujeron el arte románico más innovador en aquel momento.
Ramón se marchó hasta su retorno a Roda en 1119. Una ermita en la montaña, cercana a la ciudad, marca el punto donde, al marchar, el santo lloró y bendijo la ciudad. Posteriormente, en 1125, acompañó al rey Alfonso en la campaña por de Andalucía, con la intención de conquistar Granada. La campaña afectó a su salud: al volver a Huesca ya venía enfermo y murió el 21 de junio de 1126.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.