El cine devuelve la animación a las calles de Benasque

0
439

Angel Gayúbar. Benasque.
En un Benasque fantasmal por culpa de la situación pandémico-económica que ha obligado a cerrar numerosos establecimientos hoteleros y comerciales al no haber trabajo en un sector turístico atenazado por cierres perimetrales y prohibiciones varias, el comienzo del rodaje en la zona de la película “A mil kilómetros de la Navidad” ha devuelto estos días la animación a unas calles de la localidad demasiado tranquilas hasta ahora desde hace demasiado tiempo.
La magia del cine ha conseguido que el ambiente navideño regrese a esta villa pirenaica seis semanas después y con bastante más intensidad que en las fechas originales. Y con él, el trasiego de las gentes, el ruido, las risas y unas prisas que tienen fama de no ser buenas consejeras pero que ahora mismo son muy bien venidas en esta villa pirenaica como contrapunto de la indeseada atonía de la vida ciudadana que se está sufriendo en los últimos meses.
El laberinto de cables que se extienden por todos los rincones, la luz cegadora de los focos, el movimiento de las cámaras…, todo contribuye a devolver un aire vivificante a un Benasque que lo necesitaba imperiosamente. El pasado martes, el equipo de rodaje desembarcaba en la Alta Ribagorza recibido por una copiosa nevada que, como en un guiño del destino, servía perfectamente a los intereses de la productora Netflix –que tiene en esta película una de sus grandes apuestas para este ejercicio- para ambientar buena parte de las escenas que se ruedan estos días en este rincón del Pirineo.
«Ya está bien que traigan cosas al Valle, que esto se mueva», comenta María Ángeles, una vecina de la localidad de Villanova que al llegar al miércoles a Benasque se encontró con todo el despliegue cinematográfico en marcha, con el equipo ultimando los detalles de los decorados y de las instalaciones e impedimentas técnicas necesarias para el rodaje y con los primeros de los casi ciento cincuenta extras de la localidad y los alrededores que se van a implicar en el rodaje tomando ya contacto con sus futuros cometidos.
En muy pocas horas, Benasque y la cercana Seira, escenario también de algunas de las secuencias de la película, se convirtieron en enormes sets cinematográficos. Para Aurelio Mora, un vecino de la localidad, es una auténtica «pasada» el movimiento de gentes y de tramoyas por toda la localidad y, en especial, lo realizado en la Plaza del Ayuntamiento, convertida en escenario de un gran mercado al aire libre y donde también se ha habilitado un espacio para recrear un Belén Viviente.
El Área de Turismo del Ayuntamiento benasqués colabora activamente con el equipo de producción de esta película dirigida por Álvaro Fernández. Jorge Melero, técnico cultural en el consistorio, reconoce que «está muy bien» ver de nuevo una animación en las calles «que quieras que no están dando una vidilla más que necesaria en estos momentos». Y destaca así mismo, por lo extraño que se ha hecho en los últimos meses, el trasiego de gentes por la noche como consecuencia de la filmación de varias escenas nocturnas.
Con todo, el rodaje, más allá de suponer un motivo de comentario y entretenimiento para todo el vecindario y ocupar a centenar y medio de convecinos en papeles de extras –a muchos de los cuales les va a venir muy bien el dinero que cobren por su desempeño habida cuenta del parón general de la actividad económica local-, no está alterando en demasía la vida cotidiana. La concejala de Cultura, Noemí Domenech, apunta que los decorados instalados –el de la Plaza del Ayuntamiento y otros como el que se ha ubicado en el entorno del colegio- van a permanecer durante varios días pero que no suponen obstáculo para la circulación rodada más allá de algún parón puntual en alguna calle adyacente a la carretera.
Si acaso, entre los escasos efectos colaterales provocados cabría comentar que la ocupación del pabellón polideportivo como almacén de material y centro de intendencia impide que se desarrollen estos días las actividades deportivas dirigidas a los mayores que organiza el Servicio Comarcal de Deportes.
El rodaje comenzó el pasado 22 de diciembre en Madrid y tras su estancia en tierras ribagorzanas, donde está previsto rodar también en otras localizaciones como el Hospital de Benasque o Anciles, se desplazará posteriormente a escenarios ilerdenses del entorno de la localidad de Artíes.
Protagonizada por el actor Tamar Novas, “A mil kilómetros de la Navidad” es una película de temática navideña, con una historia amorosa que avanza entre desencuentros previos y en la que todavía el nombre de la actriz protagonista es una incógnita. Ella representará a Paula, la profesora del colegio del pueblo donde transcurre la acción. Junto a ellos, se ha desplazado estos días al Valle de Benasque un equipo compuesto por unas ochenta personas que movilizan también una flota de una decena de vehículos pesados, entre ellos varios furgones sanitarios para cumplir la reglamentación derivada de la actual situación sanitaria.
Según su director, la producción tiene todos los elementos del género, incluida «la nieve y los jerseys de renos», a la vez que ironiza sobre las convenciones navideñas «desde la mirada de un personaje cáustico y descreído». En ella Raúl (Tamar Novas) es un treintañero al que todas las desgracias de su vida le han sucedido en Navidad, por lo que odia los villancicos, los Reyes Magos y todo lo que huela a espíritu navideño. Pero sus peores pesadillas amenazan con hacerse realidad cuando su jefe le encarga auditar una fábrica de turrones de Valverde, un pueblo que vive por y para la Navidad y, por si fuera poco, tendrá que compartir casa con Paula, la profesora del pueblo, que sueña con batir el récord del belén viviente más grande del mundo.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.