La campana de El Grado sonaba con demasiada frecuencia o, al menos, eso pensaban `muchos´ turistas tantos que llegó una queja al Justicia de Aragón y ahora, se han espaciado los toques horarios. O el valor catastral en Costean que ha aumentado y algunos lo han consultado con esta institución. Desde el Somontano, en 2016, hasta el Justicia llegaron 21 quejas y en 2017, 19.
Temas de índole muy diversa esperaban a Fernando García Vicente, Justicia de Aragón, quien estuvo el jueves 25 de enero en Barbastro atendiendo a los ciudadanos del Somontano que así lo habían solicitado con antelación. Se trataba de la tercera vez de una visita de esa naturaleza.
García Vicente destacó su papel «de escucha y de compromiso» y resaltó que en números generales, en Aragón han disminuido las protestas por la sanidad o los servicios sociales y, por contra, se han disparado las de temas fiscales como por ejemplo, el Impuesto de Sucesiones que él mismo consideró «anticuado y que grava sobre todo a la clase media».
Entre los casos que se acercaron a él en Barbastro el de un señor que lleva más de tres años en lista de espera para una rehabilitación de espalda o la de una familia con dos hijos biológicos y un menor saharaui en acogida, que lleva cinco años con ellos, escolarizado y sin embargo, les niegan el acceso al carné de familia numerosa.
Respecto a su trabajo, fue elegido por unanimidad en las Cortes Aragonesas en 1998 y reelegido en 2009, por cinco años. No obstante, lleva tres en funciones «esta situación afecta a mi trabajo y al de mi equipo, pero de ninguna forma se traslada a los ciudadanos. De hecho, en 2017 se tramitaron más quejas que en 2016».