COLABORACIÓN || José Antonio Adell Castán
Me solicitan desde esta publicación que escriba un artículo sobre mis impresiones, tras la aprobación en el pleno del Ayuntamiento de Binéfar del 29 de febrero pasado de otorgar mi nombre a la Biblioteca Pública Municipal.
En primer lugar debo agradecer a la Concejalía de Cultura la propuesta y a los trece concejales de seis formaciones políticas que lo aprobasen por unanimidad.
En el año 2021 en el Paso de las Letras de Monzón tuve el honor de que se me dedicase un monolito al lado de otros destacados autores. Muchos vecinos de Binéfar me comentaban que en mi pueblo de acogida, donde residido desde hace más de cincuenta años, sería difícil que se me hiciera algo similar. Lo cierto es que no ha sido así, ya que te dediquen la biblioteca de tu pueblo en vida es un gran honor y estoy muy agradecido por ello.
No son muchas las bibliotecas que se hayan dedicado en vida. En la provincia de Huesca me vienen a la memoria la de Luz Gabás en Benasque, la de Rosa Regas en Sabiñánigo y la de Mariano Coronas en el el Colegio Miguel Servet de Fraga. En la provincia de Zaragoza, el pasado año se le dedicó la biblioteca de San Mateo de Gállego a Irene Vallego, y en Teruel, a Javier Sierra. Hay otros muchos a los que se les ha dedicado después de su muerte.
La actual biblioteca de nuestra villa fue ayuntamiento, también cárcel y detrás de este edificio singular existen muchas historias de binefarenses. Debo destacar el trabajo de la bibliotecaria, Carmina Estupiña, y los diferentes grupos de lectura que en ella se reúnen coordinados por María Jesús Lamora.
Siempre he colaborado con todos los concejales de cultura y educación en diferentes etapas, también de concejalías que me hayan solicitado alguna petición y me he implicado de forma altruista en diferentes proyectos de nuestro pueblo. Seguiré mientras pueda en ello. Tras sesenta y ocho años vividos, y cuando estás en la etapa final, piensas que aquí, en este lugar, quedará un trozo de mi vida. Lo comparto con mi familia, compañeros, amigos, lectores y, por supuesto, con los binefarenses.