Tono y bipedismo

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Permanecer de pie implica estar en equilibrio permanente, de  manera que, aunque no se sea consciente, el cuerpo lleva a cabo procesos de reajuste constantes para mantenerlo. Si se desea vivir en equilibrio hace falta entrenar para sentir en cualquier situación de la vida cotidiana el tono muscular, especialmente en la cadenas musculares implicadas en el caso de la bipedestación, como son las que pasan por la pelvis y las piernas.

El tono muscular es el estado de contractibilidad ideal que tiene la musculatura para entrar en acción en cualquier momento, sin llegar a un estado excesivo de tensión, ya que la hipertensión puede resultar generadora de dolencias y enfermedades. El tono muscular adecuado para mantenerse de pie en equilibrio, es aquel que permite caminar o incluso correr de manera inmediata, es decir, mantenerse preparado para actuar en cualquier momento y circunstancia de la vida cotidiana.

No se trata de permanecer en tensión, lo que significaría un estado de hipertensión perjudicial, sino el hecho fisiológico consistente en llenar la musculatura de sangre, lo que permite un estado óptimo para actuar sin ningún síndrome de adaptación que lo impida. Es como un estado de alerta muscular tranquilo.

Para adquirir el tono justo para permanecer de pie es suficiente con prestarse atención percibiendo el tono habitual que mantienen las piernas para adoptar la postura bípeda en equilibrio. Los dos pies  paralelos apoyados de manera estable sintiendo la fuerza que hace el tendón de Aquiles, las piernas ligeramente flexionadas, la pelvis basculada en retroversión con tono en los glúteos y el recto anterior del abdomen, estirando la cabeza desde la fontanela o coronilla, a la vez que se sube el esternón y la primera costilla para estirar la parte posterior del cuello.

Con adoptar la postura bípeda de manera estática y consciente durante unos segundos es suficiente para adquirir tono, y lo más importante, para darse cuenta de que se tensa alguna parte más de lo necesario, por lo que conviene destensar y soltar esa zona hipertensa, sea la cara, el cuello o los hombros.

Cada persona tiene que llevar a cabo un proceso diario y personal de exploración motriz para sentirse ajustado en la postura bípeda con armonía, equilibrio y tono. De modo que a lo largo del día se presentan docenas de situaciones cotidianas en las que cada persona puede ensayar y entrenar el tono óptimo que requiere su cuerpo para mantener la postura bípeda ajustada.

Puede ser al caminar hacia la parada del autobús, en espera de que el semáforo se ponga verde, en una cola del cajero automático, limpiando la verdura en la cocina o simplemente cuando sale a pasear solo o en compañía, reservando siempre algunos segundos o minutos para entrenar, explorar y sentir el mejor modo de percibir el tono justo para estar de pie cada día un poquito más a gusto.

 www.ejercicioybienestar.org

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