Por Lola Gª Casanova

Poco antes del final de la vendimia de este 2020, conversamos con la presidenta de la Denominación de Origen Somontano, Raquel Latre.

-Nos encontramos inmersos en la vendimia, ¿cómo va?

-La vendimia recoge todo lo sucedido en el año climatológico y como vivimos un año extraño… también lo ha sido en el clima. Alguna helada tardía, algo de pedrisco… y mucha más lluvia. Si tenemos en cuenta que el agua aumenta la acidez y la frescura del vino, los blancos se benefician de estas características.

-En cuanto a cantidades, se prevén 15 millones de kilos, una disminución considerable ya que la media de la última década se sitúa en 18 millones de kilos. Ha sido un año de mucho trabajo en el campo, no ha resultado fácil. De todos modos, hasta que haya llegado toda la uva a las bodegas no dispondremos de los datos finales.

-¿Se necesitan temporeros para esta vendimia?

-No. La mecanización llega a cotas altísimas y muy pocas parcelas se recogen a mano. De todos modos, no se precisa contratar fuera.

-En datos, el 20% de los vinos se exportan y el 80 % se destina al mercado nacional. Ser una denominación pequeña, con muchas bodegas familiares ¿lastra las posibilidades de salir al exterior?

-No. Nuestros números son esos porque así lo hemos decidido. Queremos estar presentes en España, darnos a conocer como una denominación pequeña, con larga tradición y que trabaja duro por mejorar y por sus vinos. Trabajamos el enoturismo y que nos vengan a conocer. Hacer ruido en el mercado cuando uno es tan pequeño, resulta complicado por eso buscamos un target. Sí hubo un esfuerzo por llegar a Méjico, Suiza y EE.UU. hace unos años, durante la anterior crisis cuando se paralizó el mercado español, pero esta situación ha cambiado.

-El vino, la hostelería y la restauración van de la mano… la pandemia ha trastocado todo el escenario.

-En nuestro caso, del mercado nacional el 70% va al sector horeca y tiendas especializadas por tanto, se consume mucho menos porque hemos limitado nuestra vida social. Cuando se decretó el estado de alarma nos quedamos como paralizados, había que ir viendo dónde se consumía. Hemos constatado una fidelidad del cliente y por supuesto, se han abierto mercados online. Pero, obviamente, se han perdido muchas ventas y las pequeñas bodegas lo notan más porque encuentran más dificultad a la hora de estar presentes en un lineal de supermercado.

-¿Y por dónde va a ir el futuro?

Vivimos en la incertidumbre pero podemos pararnos. Debemos estar presentes en los canales de distribución y apoyar a la hostelería. Como D.O. toca márquetin de guerrillas y campañas segmentadas porque ir a todo, es ir a nada.

El escenario cambia cada día. En primavera no pensábamos que íbamos a vivir este verano. Yo lo describo como un proceso de duelo, hay que despedirse de lo anterior y aceptar la realidad, que es diferente a lo conocido hasta ahora. Quien se adapte primero, ganará y en esas estamos.

-El Festival del Vino no se celebró pero la Diputación Provincial mantuvo su apoyo económico.

-Y lo agradecemos muchísimo, ese dinero lo invertiremos en publicidad para Navidad.

 

 

 

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